Tuesday, April 23, 2019

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La abuelita viajera: La abuelita viajera: Noviciada (2017) vs mi conven...: La abuelita viajera: Noviciada (2017) vs mi convento : En un día oscuro, frío y lluvioso, no hay nada mejor que acurrucarse en el sofá bajo ...

París




Vista de París desde la
Basílica de Sacré-Coeur
Después de salir de Islandia, fuimos a Francia porque quería que Hailey viera el hermoso Chateau de L'Isle-Marie en Normandía, pero primero una parada en una de mis ciudades favoritas en el mundo: París.
 
Por supuesto, quería que Hailey viera dónde yo vivía cuando estudie en La Sorbonne y también que viera la hermosa Universidad, y todos los divinos lugares turísticos que esta hermosa ciudad ofrece.

Caminamos por el Sena. Obviamente, visitamos la Torre Eifel, los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo, la Basilica de Sacré-Coeur, Montmartre y la Catedral de Notre Dame, y ahora me rompe el corazón al escribir sobre esta hermosa iglesia con tanta historia, ya que algunas partes de ella ya no existen más debido al incendio de hace unos días.

De todos modos, solo una semana no es suficiente para ver todo, así que vimos solamente los lugares turísticos.

No tomamos ninguno de los tours gratuitos porque conozco todos los lugares y su historia, así que yo fui su guía. 

A veces me olvido de que la mayoría de las personas no caminan tanto como yo. Hailey estaba muerta de cansancio cuando terminamos, bueno, terminamos todos los días porque estaba cansada, yo podría haber seguido.

La Sorbonne

En 1253, a petición de Louis IX, Robert de Sorbon abrió una universidad para 16 estudiantes necesitados que querían estudiar teología. La universidad se conoce como La Sorbonne, y hoy en día sigue siendo una de las universidades más prestigiosas, no solo en París sino en el mundo. La excelente reputación desde sus comienzos se transformó de humildes comienzos en una universidad prestigiosa y elitista dedicada a la cultura, la ciencia y el arte.

La Sorbonne enseñó a muchos de los grandes filósofos y maestros de la teología y la historia. Una de las alumnas más famosas fue Marie Curie, física y química y la primera profesora en la universidad.

El estilo arquitectónico barroco del edificio es magnífico, como lo es el del Auberge de Jeunes, donde yo vivía. 

La Torre Eiffel
El gobierno quería un impresionante monumento en la entrada de la Feria Mundial del 6 de mayo al 31 de octubre de 1889, para celebrar el centenario de la Revolución Francesa.

Gustave Eiffel diseñó y construyó la torre que mide 324 metros = 1063 pies.
Puedes subir 1710 escalones, o puedes tomar un ascensor hasta la cima. Las vistas desde la cima son magníficas, ya que puedes ver todo París.

Montmartre

Basílica de Sacré-Coeur
Montmartre es la segunda colina más grande de París, con la más grande siendo en Belleville. Está situada en el distrito 18, y es mejor conocida por la Basílica de Sacré-Cœur y el Moulin Rouge.

La Basílica de Sacré-Coeur fue construida en el estilo romano-bizantino entre 1876 y 1910 como tributo a las 58,000 vidas perdidas durante la derrota de Francia en 1871 en la guerra franco-alemana.

Puedes tomar el funicular hasta la cima, subir las escaleras, o puede caminar por las calles de atrás mientras ves el pintoresco barrio bohemio. Y eso es lo que hicimos. Una vez que llegues a la iglesia, tendrás una magnífica vista de París. En el camino bajamos los 222 escalones a través del jardín público Louise Michel.

Desde allí, una visita a la famosa y pintoresca plaza de adoquines Place du Tertre que está llena de puestos de artistas pintando y vendiendo sus hermosas pinturas de paisajes franceses. Esta plaza era la plaza principal de un pueblo medieval antes de formar parte de París.

Y al Moulin Rouge, el lugar de nacimiento del can-can. El Moulin Rouge también es famoso por las pinturas de Toulouse-Lautrec, que fue un pintor, grabador, dibujante, caricaturista e ilustrador francés cuyas pinturas de la danza provocativa y en ocasiones decadente, se encuentra entre los pintores más conocidos del período postimpresionista junto a Cézanne, Van Gogh y Gauguin.

Se necesita por lo menos un día entero para caminar por Montmartre ya que hay mucho para ver.

Tuesday, April 16, 2019

La abuelita viajera: Noviciada (2017) vs mi convento

La abuelita viajera: Noviciada (2017) vs mi convento: En un día oscuro, frío y lluvioso, no hay nada mejor que acurrucarse en el sofá bajo una manta y ver una película. Cuando estaba hoj...

Noviciada (2017) vs mi convento


En un día oscuro, frío y lluvioso, no hay nada mejor que acurrucarse en el sofá bajo una manta y ver una película.

Cuando estaba hojeando Netflix, me encontré con “Noviciada”, y recordando todo el alboroto de hace un par de años, decidí verla, y me alegro de haberlo hecho.

La película está dirigida y escrita por Maggie Betts, con Mellisa Leo en el papel de Madre Superiora Marie Saint-Clair y Margaret Qualley en el de Hermana Cathleen Harris.

La película se desarrolla en 1960, durante los cambios radicales que se produjeron en todo el mundo bajo el Vaticano II, y describe los cambios en la ideología y el apoderamiento de creencias arraigadas y la brutalidad y rigidez de las reglas practicadas en la religión católica. El Vaticano II cambio la ideología para fomentar apertura e inclusión a la gente.

Al ratito que la película empezó, unos 10 minutos más o menos, cuando una joven Cathleen entra en la escuela católica, la monja maestra escribe en el pizarrón:
"No hay amor sin sacrificio", en ese momento sentí que una vez más vivía en el convento.

No falta decir que mis experiencias fueron diferentes ya que Cathleen era una postulante de 17 años y yo tenía 8 años cuando me mandaron al convento. Sin embargo, las enseñanzas eran las mismas que las que yo tenía a finales de los años 50 y principios de los 60. Muchas partes de la película resonaron en mi subconsciente, trayendo muchos recuerdos olvidados.

Al igual que en la película, teníamos que caminar despacio y siempre mirando al suelo. Incluso cuando hablabamos con alguien, (y eso era sólo para responder a una pregunta, ya que no se nos permitía hablar) teníamos que mirar hacia abajo, nunca a la cara de nadie. También nos enseñaron que debíamos arrodillarnos sobre guijarros hasta que nuestras rodillas sangraran, para que Dios pueda ver cuánto lo amábamos, y él nos amaría más que a simples personas que se arrodillaban sobre un cómodo almohadón.

Puedo atestiguar que la brutalidad y la rigidez de las normas eran insoportables.

Éramos demasiado jóvenes para hacer flagelaciones, aunque nos enseñaron que una vez que fuéramos mayores, debíamos hacerlo, pero sólo una vez a la semana y sólo cinco flagelaciones, ya que hacerlo por más tiempo podría darnos placer. 

Como en la película, mi Madre Superiora iba a ser reemplazada porque se negó a adaptarse a las nuevas reglas; sin embargo, renunció a su vocación como la mayoría de las monjas de mi escuela, y todas ellas abandonaron el convento. 

Comprendo un poco a la Madre Superiora Marie Saint-Claire por no querer ajustarse a las nuevas reglas, y por qué fue tan severa, pues ella creía que era la voz de Dios en el convento. Y como alguien que no había salido del convento durante más de 40 años, ella estaba delirando en sus creencias. Además, vivir de esa manera tiene que ser frustrante.

No sé si la Madre Superiora Margarita, tenía una voz dulce, la única vez que escuché su voz era para regaños y siempre era severa, además, en mi opinión, era una mujer sádica y manipuladora y se creía mejor que todo el mundo. Pero tampoco recuerdo haberla visto salir del convento en ninguna ocasión. 

La película está bien hecha y es muy fuerte, y me gusto que no criticaran la religión católica ni la defendieron. Simplemente mostraron como es, sin juzgar, sin tratar a los creyentes como idiotas y sin tratar de que el público acepte una ideología religiosa. 

Mostraron la noción que las postulantes tenían acerca de ser monjas, al mismo tiempo que demostraron las inquietudes que sentían acerca de una vida tan rigurosa y tan apartada del mundo real. 

La película es lenta y larga, sin embargo, es como me sentía cuando estaba en el convento, los días eran largos y lentos, las semanas, los meses, parecían no terminar nunca. Lo único que me gustaba era cantar en el coro y las clases de bordar. 

Para tu información: asistí a un convento de Las Carmelitas, si tu eres católico, sabes quien son, si no lo eres, es una de las Ordes de Silencio más rigorosas, si no la más rigorosa.